jueves, 25 de enero de 2007

I'm Muzzy. Big Muzzy

Hoy una persona me ha preguntado si el libreto de la traviata era en español o en catalán.
Mi evidente respuesta ha sido lógica. En italiano, por supuesto.
Tengo que soportar cada dia miles y miles (de acuerdo, cientos) de solicitudes de traviatas y ha sido el único, pero no me da la gana. Quiero que me dejen ser yo mismo. La traviata en italiano, sigfrido en alemán, el sombrero de tres picos en zarzuela... can't take my eyes en los ojos de marta.
Hay gotas de las personas que te caen encima como monumentos a la ternura y notas que te acarizian el cerebro, y momentos en que estas te destrozan. Quizá uno y uno sean tan sólo la menor de las sumas, pero podría ser la mayor de todas.
A mi no me ha gustado nunca que me obliguen a nada. Nada ni nadie, nunca, pero eso me ha llevado a mirar con acidez los besos ajenos, a buscar una risa en una lejanía impostada (palabra que uso aquí para que subir mi ranking en google, por supuesto). Yo soy ese que hace reír a tu novia y del que estas seguro nunca te causará un problema. Y me parece bien, estoy en una segunda linea en la forma de mirar al mundo. Vosotros (todos) jugáis a ser alguien. Yo simplemente disfruto haciendo suaves punciones lumbares en vuestra vida.
Si, yo hablo un idioma y no quiero cambiarlo.
Ayer mi tío me dijo que no debo cerrarme. Y con resuelta e interna lógica le dije que tampoco debía forzarme en abrir. Las puertas tienen un rito que yo ni quiero ni puedo ni debo cambiar. Como dice alguien a quien conozco mínimamente deja que las cosas fluyan, adáptate, no te inquietes, respira...
Todos tenemos algo dentro que nos empuja. Tu tienes esto, el tiene aquello, ella tiene otra cosa. Yo lamento mucho no tener nada. Y no me preguntes el porque. Sencillamente es así. Quizá sea por mi depresión o por el teatrero asco que me da vuestra felicidad (sea real o la cree yo), pero no me imagino saltando a la yugular de nadie diciéndole lo mucho que agradezco a Vishnu que me deje compartir esos diez minutos después de despertar en los que nadie, repito nadie, puede disimular ni llevar una máscara, alguien a quien agradecer una caricia en el cuello al bajar la basura a la calle, un beso cuadno se apague la radio a la hora de ir a dormir...
Preferiria que todos cada uno de mis amigos me dijeran lo que yo les digo a ellos cuando se abrazan a la persona a la que supuestamente quieren, que vivir para siempre en esta estúpida sensación de desasosiego interior. Como decía Romeo: "Entonces, yo os desafío, estellas".
Y si hay algo que entender, luego me lo contáis...

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